1. ¿ Qué tengo que hacer para ser salvo? |
Tienes que creer en el Señor
Jesucristo, en otras palabras tienes que creer que Él es el Hijo de Dios que
ha muerto en la cruz por nuestros pecados, que fue sepultado y que el tercer
día resucitó de entre los muertos apareciendo a
aquellos que Él había escogido como sus testigos, con los cuales comió y
bebió también (Hechos 16.31; 1 Corintios 15:1-11). ¿ Por qué tienes que creer
estas cosas? Porque así lo ha establecido Dios; este es el camino de la
salvación, cualquier otro camino de salvación que viene predicado es falso. |
Sepas
entonces que solo por medio de la fe en el nombre de Jesucristo se puede ser
salvados: en ninguna otra manara. Y esto porque Él cuando murió en la
cruz expió con su sangre la pena de nuestros
pecados. De hecho Él mismo dijo, la noche que fue
traicionado y arrestado, cuando dio el cáliz a sus discípulos: "… este
es mi sangre, la sangre del pacto, la cual es derramada por muchos para la
remisión de pecados" (Mateos 26: 28). Y el apóstol Pablo confirma
esto cuando dice a los Efesios: "porque en Él
nosotros tenemos la redención por medio de su sangre…" (Efesios 1:7). |
La salvación es gratuita entonces según que está escrito: "porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios" (Efesios 2:8). Ella no se obtiene por obras, por esto tu no la
puedes merecer ni tampoco ganar haciendo obras buenas; y esto "para que
nadie se gloríe" (Efesios 2:9) delante de Dios. Si la salvación pudiese ser merecida por el hombre o
ganada por él por sus trabajos y
sacrificios Cristo hubiera muerto inútilmente, su sangre entonces se
habría derramado por nada. Su sacrificio sería un acto inútil, verdaderamente
inútil. |
Si entonces tu quieres ser salvado de tus pecados y de la ira de Dios que viene, arrepiéntete ahora de tus pecados y acepta por fe el sacrificio expiatorio hecho por Jesucristo. Y en el mismo momento te sentirás librado de las cuerdas del pecado que te tienen amarrado, y saborearas la libertad que hay en Cristo Jesús. Además te sentirás inmediatamente reconciliado con Dios, así que la ira furiosa de Dios será removida de sobre ti, y cuando morirás tu destino ya no será el infierno sino el paraíso. Ahora, ahora mismo, arrepiéntete y crees en Cristo Jesús. |