El gran amor de Dios |
“Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Estas palabras fueron dichas una noche por
Jesucristo, el Hijo de Dios, mientras hablaba con uno de los capos de los
Judíos de nombre Nicodemo. Estas palabras entonces fueron pronunciadas por
aquél que fue dado por Dios para la salvación del mundo. |
Antes que nada noten que Jesús dijo que
Dios ha tanto amado al mundo, y luego que Él ha dado su unigénito Hijo; esto
demuestra que el amor que Dios ha manifestado hacia el mundo ha implicado un
ofrecimiento y una renuncia por parte de él (el verdadero amor siempre
implica algunas renuncias), y de hecho él ha ofrecido su Único Hijo, aquel
que él ha amado antes la fundación del mundo. Consideren esto, Dios amaba su
Hijo antes que viniera a este mundo, lo quería, sin embargo por amor a esta
humanidad lo dio. ¿La razón de este ofrecimiento? Salvar al hombre y de hecho
Jesús dijo de haber venido en el mundo para salvar al mundo (Juan 12:47) y
que habría dado su carne para la vida del mundo (Juan 6:51). |
Vamos a tratar de entender la condición espiritual de este mundo delante
de Dios. Los hombres están caminando por el camino de perdición,
independientemente de sus razas de sus condiciones sociales y sus niveles culturales,
por aquel camino que lleva al infierno, y esto porque son pecadores, esclavos
de toda suerte de concupiscencia carnales; ellos son hijos de ira por
naturaleza bajo la condena Divina por motivo del pecado entrado en el mundo
por medio de Adán y por medio de él pasó sobre todos. No hay ningún justo, ni si quiera
uno todos están corrompidos, ni si quiera uno practica la bondad; esto es lo
que dice la palabra de Dios. La
misma palabra que dice también que los pies de los hombres son veloces para
derramar la sangre; que su garganta es un sepulcro abierto, que bajo sus
labios hay un veneno de víboras que en sus caminos hay calamidad y ruina y
que delante de sus ojos no hay temor de Dios. Juicios duros y directos, pero
verdaderos porque son dados por la Palabra de Dios que es verdad. Y que sea
así como dice la Palabra, aunque los sabios de este mundo no estén de
acuerdo, está comprobado por la realidad de los hechos. Las obras de los
hombres dan testimonio de manera clara su depravación, su corrupción, su
naturaleza malvada. ¿ Y que final pueden esperar los hombres que viven
desobedeciendo a Dios haciendo lo que es malo ante sus ojos, mas que un mal
final? Y de hecho ellos están camino al infierno, un lugar horrible del mas
allá donde se sufren tormentos indecibles. |
Los hombres entonces necesitan de ser salvados de este horrible final que les espera después de muertos. Pero ¿ en qué manera pueden ser salvos? Creyendo en el Hijo de Dios, por cierto Jesús dijo: para que cualquiera que crea en él no se pierda mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 ). El significado de estas palabras es: que quien cree en él (Jesucristo) recibe la vida eterna y por esto no perecerá con los que al contrario se niegan a creer en Cristo Jesús. Pero ¿ porqué para ser salvos es necesario creer precisamente en Jesucristo? Porque, como he dicho antes, Él ha venido al mundo para salvarlo. ¿En que manera? Muriendo en la cruz, porque en la cruz él llevó los pecados de todos nosotros según había sido profetizado por Isaías (Isaías 53:6,11) Él pudo cargarse de todas nuestras iniquidades porque en él no se halló ninguna iniquidad ni fraude; fue tentado sí como todos nosotros pero no cayó nunca en tentación, por esto no conoció pecado. Y precisamente aquel que no conoció pecado, Dios lo hizo pecado para nosotros y lo hizo morir en la cruz como un común malhechor, de hecho Jesucristo fue crucificado junto a dos malhechores. Pero Jesús no solamente murió por nuestras iniquidades mas él resucitó también (al tercer día) y esto por nuestra justificación, por esto quien cree en Él es justificado por Dios. Como dice el apóstol Pablo: “Cualquiera que cree es justificado de todas las cosas” (Hechos 13:39) y también “con el corazón se cree para obtener justicia” (Romanos 10:10). |
La salvación de la perdición entonces es gratuita, el hombre no puede hacer nada para merecerla. Si entonces has pensado hasta ahora que podrías salvarte por tus meritos, por medio de obras justas, sepas que estas muy equivocado. Si esto fuera posible, Dios hubiera dado su Hijo inútilmente; Jesucristo hubiese venido a ofrecer su carne en la cruz por nada. Si tu pudieses salvarte por medio de sacrificios, martirizándote, con renuncias y con obras piadosas, el evangelio que nos fue anunciado por el Hijo de Dios ya no sería la BUENA NUEVA poderosa a salvar al pecador, sino simplemente una noticia sin algún poder salvador para con el hombre. La Gracia sería anulada y el hombre tendría con que gloriarse frente a Dios pudiendo afirmar de haber salvado a sí mismo por medio de sus sacrificios y sus renuncias. |
Abandona entonces este pensamiento inicuo que hasta hoy has hospedado en tu corazón, y humíllate ante Dios y arrepiéntete de tus pecados creyendo con todo tu corazón en Jesús Cristo. Dios removerá de sobre ti su ardiente ira y te dará la vida eterna. Y cuando morirás Él no dejará que perezcas junto a los malvados, mas bien te salvará en su reino celestial con todos sus demás santos. |
Hombre o mujer que tu sea,
piensa al gran amor que Dios ha manifestado hacia ti también ofreciendo su
Único Hijo para tu salvación, piensa a las cosas que ha estado dispuesto ha
hacer Dios que ha creado todas las cosas por amor a sus criaturas rebeldes
reflexiona y creas ahora con todo tu corazón en su Hijo para recibir de su
mano la vida eterna. No endurezcas
tu corazón para escuchar la voz de Dios, mas bien ábrelo al amor de la verdad
que es en Cristo Jesús para ser salvado de la perdición. |