La historia de
Jesús de Nazaret, el Salvador del mundo |
En los días del emperador Cesar Augusto, una joven virgen de Nazaret (una
ciudad de Galilea) que había sido prometida en esposa a José, hijo de Jacob,
que era de la casa de David, recibió la visita de un santo ángel de Dios, que
le preanunció que iba a quedar embarazada y daría a luz un hijo que llegaría
a ser grande y sería llamado Hijo del Altísimo; y que su nombre sería Jesús.
A él Dios daría el reino de David su padre y que dominaría sobre Israel para
siempre. María, ese era el nombre de la joven virgen, al oír estas palabras,
preguntó ¿ cómo iba a pasar eso de tener un hijo si nunca había conocido
hombre alguno? |
El ángel le contestó: que el Espíritu Santo se posaría sobre ella, y
que el poder de Dios la cubriría con su sombra, así el Santo que iba a nacer sería
llamado Hijo de Dios. Y María contestó al ángel que se hiciera conforme a su
palabra, ya que se declaraba sierva del Señor. |
Y así pasó, María quedó encinta por el poder del
Espíritu Santo, sin que José la hubiese conocida. Pero tiempo después cuando
José se dio cuenta que su prometida esposa estaba encinta se propuso de
dejarla a escondidas, mientras José pensaba en esto, he aquí un ángel del
Señor le apareció en sueño y le dijo de no preocuparse de tomar como esposa a
María porque lo que en ella era engendrado, del Espíritu Santo era; y que al
niño que iba a nacer le llamara Jesús que significa “YHWH salva” (YHWH es el
nombre de Dios en hebreo que se pronuncia Yahvé). Tranquilizado con estas palabras, en cuanto se
despertó José tomó a María como esposa, sabiendo que el mensajero de Dios que
le había aparecido no le mintió. |
Y precisamente en aquellos días se promulgó un edicto de parte de Cesar
Augusto para empadronar a toda la gente de su imperio. Entonces José tomó su esposa,
que estaba embarazada y se fueron a Belén para ser empadronados por cuanto
era de la casa y familia de David.Y mientras estaban en Belén (en Judea)
María dio a luz el niño que a los ocho días cuando fue circuncidado le
pusieron el nombre de Jesús. |
El mismo día que nació Jesús, apareció a unos pastores de la región un
ángel del Señor el cual les anunció la buena noticia que en aquel día en la
ciudad de David había nacido el Salvador, que era Cristo (del griego
“Christós” que significa “Unto”), el Señor. Entonces ellos al oír esto, se
fueron a Belén y encontraron al niño, y dijeron a todos lo que el ángel les
había dicho del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los
pastores les decían. |
Cuando se cumplieron los días en los cuales según
la ley la mujer que había dado a luz un hijo varón tenia que quedarse a
purificar de su sangre, sus padres lo llevaron a Jerusalén para presentarlo
al Señor, y también para ofrecer el holocausto y el sacrificio por el pecado
del cual ordenaba la ley de Moisés. |
Luego, cuando Jesús tenia pocas semanas llegaron a
Belén, en la casa donde Él estaba, unos magos que venían de oriente los
cuales lo adoraron, y abiertos sus tesoros le ofrecieron dones: oro incienso
y mirra. |
¿Cómo habían hecho aquellos hombres a llegar a
Belén? De esta manera: mientras estaban en oriente les apareció su estrella
que los guió hasta Israel. Llegados a Jerusalén preguntaron dónde estaba el
rey de los Judíos que había nacido porque ellos habían llegado para adorarlo.
Y el rey de Judea, Erode llamado los escribas y principales sacerdotes les
preguntó dónde el Cristo tenia que nacer, y ellos le dijeron que el Cristo
tenia que nacer en Belén de Judea. Entonces el rey mandó a los magos a Belén
(después de haberle preguntado en que tiempo les apareció la estrella), y les
dijo de regresar con él cuando lo hubieran encontrado porque el también
quería ir para adorarle. Pero los magos ya que encontraron al niño no
volvieron con Erode porque fueron avisados en sueño de no ir, se regresaron a
su país por otro camino. |
Esto naturalmente hizo enfurecer a Erode que se sintió burlado por los
magos; entonces el mandó matar a todos los niños menores de dos años que
había en belén y en todos sus alrededores (conforme al tiempo que había
inquirido de los magos). Pero el niño Jesús no fue matado, porque Dios por
medio de un ángel avisó a José diciéndole de tomar el niño y su madre y
marcharse a Egipto y allí quedar hasta que se le avisara. Luego cuando Erode
murió Dios avisó a José por medio de un ángel de volver a Israel. |
Cuando volvieron a Israel, José se fue a Galilea a la ciudad de
Nazaret. Aquí Jesús fue criado por sus padres y crecía en sabiduría y altura, se
fortalecía y la gracia de Dios estaba sobre Él. |
Cuando Jesús llegó a los 30 años aproximadamente
dejó Galilea y se fue al rió Jordán para ser bautizado por Juan el bautista,
que había aparecido de algún tiempo en el desierto de Judea predicando un bautizo
de arrepentimiento por el perdón de los pecados. ¿ Quién era este personaje? El no era ni Elías
ni el Cristo |
Como él mismo lo dijo cuando contestó a los fariseos que un día le
preguntaron al otro lado del Jordán donde estaba bautizando; pero él era
aquel del cual habló Dios por medio del profeta Malaquías cuando dijo: “Yo os
mando mi mensajero; él preparará el camino delante de mí” (Malaquías 3:1) un
hombre que Dios había enviado delante de su Unto para prepararle el camino. ¿
Pero de que manera el mensajero de Dios habría preparado el camino delante al
Únto de Dios? Dando testimonio de Él para que todos creyesen por medio de él;
Y esto es lo que hizo Juan. |
Cuando en aquel día Juan el bautista bautizó a Jesús, al salir Jesús de
las aguas sucedió que los cielos se abrieron y Juan vio bajar sobre Jesús el
Espíritu Santo en forma corporal de una paloma y oyó una voz que dijo: Éste
es mi hijo predilecto en el cual me he complacido (Mateos 3:17) desde
entonces el bautista empezó a decir a las multitudes: “He visto el Espíritu
bajar del cielo en forma de paloma, y pararse sobre él. Y yo no lo conocía;
pero aquel que me mandó a bautizar con agua, me ha dicho: aquel sobre el cual
verás el Espíritu bajar y pararse, es aquel que bautiza con el Espíritu Santo.
Y yo
he visto y he confirmado que este es el Hijo de Dios" (Juan 1:32-34).
Entonces en el día de su bautizo en agua Jesús de Nazaret fue ungido por Dios
de Espíritu Santo. |
Después que Jesús fue ungido, el Espíritu Santo lo llevo en el desierto
para que fuera tentado por Satanás. |
Después de haber ayunado por cuarenta días y cuarenta noches por tres
veces el tentador trató de hacerle caer en pecado; pero Jesús se le opuso eficazmente
citándole la ley del Señor que él había resguardado en su corazón según está
escrito: “La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no
resbalarán” (Salmo 37:31) entonces el diablo lo dejó esperando otra
oportunidad, y los ángeles de Dios llegaron a servirle. |
Después de esto, Jesús volvió a Galilea de donde empezó a predicar y
enseñar, glorificado por todos. Vino también a Nazaret donde creció, pero
allá sus conciudadanos se levantaron llenos de ira contra de él porque
después que él leyó en la sinagoga un versículo de Isaías donde dice: “El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Eterno me ha ungido para llevar
la buena nueva a los humildes; me ha enviado para curar a los de corazón
roto, y proclamar liberación a los cautivos, abrir las celdas a los
prisioneros, y proclamar el año de gracia del Eterno Dios” (Isaías 61:1), Él
afirmó que en aquel día lo escrito por Isaías se había cumplido, y que ningún
profeta es aceptado bien en su propia patria. Ellos entonces lo sacaron fuera
de la ciudad y trataban de arrojarlo por el despeñadero del monte donde
estaba Nazaret, pero él pasando por medio de ellos se fue a Capernaum, ciudad
costera en la región de Zabulón y Neftali, donde fijó su residencia, de hecho
esta ciudad es llamada “su ciudad” en Mateos 9:1. |
Jesús iba por los alrededores ciudad por ciudad y aldea por aldea
predicando y anunciando la buena nueva del reino de Dios. Él decía a las
multitudes: “Arrepiéntase y crean al evangelio” (Marcos 1:15); Entonces
exhortaba a todos a arrepentirse de sus pecados y a creer en la buena nueva
de la cual él era embajador por voluntad de Dios. De hecho el profeta Isaías
había dicho del Cristo que él habría llevado una buena nueva a los pobres. ¿Mas en que
consistía esta buena nueva en la cual Jesús ordenaba a los hombres creer? En
el hecho que Dios en la plenitud de los tiempos había mandado en el mundo su
Hijo para que todo aquel que en él creyese no pereciera mas tuviese vida
eterna. En otras palabras en la maravillosa noticia que Dios en su gran amor
había mandado su Hijo en el mundo para que por medio de él el mundo fuese
salvado, y que para ser salvos era necesario, indispensablemente, creer en
él. |
Además de anunciar a los Judíos el arrepentimiento
y la fe en él, Jesús enseñó muchas cosas en parábolas a las multitudes y así
se cumplieron las palabras del profeta: “Yo abriré mi boca para decir
parábolas, expondré los misterios de los tiempos antiguos” (Salmo 78:2) |
Jesús también hizo muchas sanaciones entre los
Judíos. Él también resucitó a los muertos y sacó muchos demonios de los
cuerpos de los poseídos, y esto porque Dios estaba con él. |
Mas a pesar de que Jesús fuera por todo el territorio Judío haciendo el
bien, y sanando a todos aquellos que estaban bajo el dominio del diablo porque
Dios estaba con él, hubo muchos que no creyeron en él, y dijeron de él que
era un comelón y un borracho, que seducía las personas, un loco, que tenía al
príncipe de los demonios por medio del cual sacaba los demonios, un pecador
porque violaba el sábado, un blasfemo porque llamaba a Dios su padre y se
hacía igual a él. Calumnias, solo calumnias; porque Jesús fue un hombre
moderado en todo; un hombre que nunca buscó su propio interese, como hacen
unos seductores de ideas que enseñan cosas que no deberían y esto por amor a
ganancias deshonestas; un hombre lleno de sabiduría, pero no de los príncipes
de este mundo sino de Dios, misteriosa y escondida; un hombre lleno de
Espíritu Santo que sacaba los demonios por la ayuda del Espíritu; un hombre
que nunca violó el sábado porque de sábado es licito hacer el bien, es licito
salvar una persona y esto era lo que él hacía en este día sanaba aquellas
personas que necesitaban sanacion un hombre veraz que no se hizo igual a Dios
por presunción sino porque él era igual a Dios por naturaleza siendo su
Unigénito Hijo venido de él. Mas aunque era igual a Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que aferrarse sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Por esto muchos no
reconocieron en él al Hijo de Dios porque se presento en forma de un siervo
humilde que aparentemente no tenía nada de diferente a los demás hombres. |
Estas calumnias naturalmente hicieron sufrir a Jesús porque se vio
rechazado precisamente de los de su propia casa; él sufrió igual que los
profetas que estuvieron antes que él los cuales eran mandados por Dios al
pueblo por su bien sin embargo fueron rechazados y calumniados de muchas
maneras como si ellos buscasen el mal del pueblo. Se cumplieron así las
palabras del profeta Isaías con las cuales había definido al Cristo: “Hombre
de dolor, acostumbrado a padecer” (Isaías 53:3), y así fue de Jesucristo. |
Entre coloro que rechazaron Jesús había los jefes de los sacerdotes y
los fariseos que habiendo desconocido él y las declaraciones de los profetas
que se leían cada sábado, decidieron prenderlo y darle muerte. |
Algunos días antes de la pascua, Jesús subió a
Jerusalén entrando en ella montado sobre un burrito. Y precisamente en estos
días que precedían la pascua Satanás entró en un discípulo de Jesús, llamado
Judas Iscariote, el cual fue con los jefes sacerdote para entregarlo. Ellos
se alegraron, y convinieron darle dinero. Treinta piezas de plata. Desde
aquel momento entonces Judas Iscariote buscaba la oportunidad de
traicionarle. |
Y aconteció que en el transcurso de la fiesta de la
pascua, después de que Jesús comió la pascua con sus discípulos Judas salió
de donde estaban ellos reunidos. Después de un rato fue al huerto de Getsemaní,
donde Jesús había ido con sus discípulos a orar, y con muchas gentes con
espadas y palos fue al encuentro de Jesús y viéndolo le dio un largo beso que
por cierto era la señal para que las guardias aprehendieran al maestro, y así
lo hicieron, como si fuera un malhechor. Todos sus discípulos entonces lo
dejaron y escaparon. |
Así primero lo trajeron frente al senedrin que lo condenó como reo de muerte porque había blasfemado declarándose Hijo de Dios cuando dijeron: “Es reo de muerte” (Mateos 26:66), le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban, diciendo: Profetízanos, Cristo, ¿quien te golpeó? Luego le ataron y lo llevaron a Poncio Pilato para pedirle que lo crucificara. Pilato tenía intención de soltarlo porque no encontraba en Jesús nada para que fuese condenado a muerte, (también lo había mandado con Erode que en aquellos días se encontraba en Jerusalén el cual lo vituperó con sus soldados, y él también no encontró en Jesús nada para condenarlo de lo que lo acusaban los jefes sacerdotes y los escribas), sin embargo como la muchedumbre pedía con fuertes gritos que lo crucificara, él cedió a la petición de la muchedumbre y mandó que fuera flagelado y crucificado. Los soldados del gobernador lo llevaron al pretorio lo desnudaron y le cubrieron con un manto escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona de espinas, una caña en su mano derecha, e hincándose delante de él le escarnecían y se burlaban de él diciendo: ¡salve! Rey de los Judíos Golpeándole la cabeza con la caña y escupiéndole. |
Después le quitaron el manto escarlata y le volvieron a poner su ropa y lo llevaron afuera al lugar llamado Gólgota, donde lo clavaron en una cruz para que se cumplieran las palabras: “Me han perforado las manos y los pies” (Salmo 22:16), en medio de dos malhechores y esto para que se cumplieran las palabras de Isaías: “Fue contado con los pecadores” (Isaías 53:12). |
Mientras estaba colgado en la cruz los soldados tomaron su ropa y la
repartieron entre cuatro y echaron suerte sobre la bata para ver quien se
quedaba con ella; y así se cumplieron las palabras: “Partieron entre sí mis
vestidos, y sobre mi ropa echaron suerte” (Salmo 22:18). |
Otra cosa que pasó mientras estaba colgado en la cruz agonizando fue la
burla que recibió por los que pasaban por allá y por los jefes sacerdotes,
los escribas y los ancianos que le decían: “¡ ha salvado a otros y no puede
salvarse a sí mismo!” Ya que es el Rey de Israel, baje ahora de la cruz, y
nosotros creeremos en él. Se ha confiado en Dios; que lo libere ahora, si
Dios se complace en él, porque ha dicho: “Soy hijo de Dios” (Mateos
27:42-44); y esto pasó para que se cumplieran las palabras de David:
“Todos los que me ven me escarnecen; estiran la boca, menean la cabeza
diciendo: se encomendó a Dios; líbrele él; sálvele, puesto que en él se
complacía” (Salmo 22:7-8), y todavía: “Abrieron sobre mí su boca como león
rapaz y rugiente” (Salmo 22:13). |
Antes de que Jesús entregara al Padre su espíritu gritó “Eli, Eli, ¿lama sabactani?” Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿ por qué me has desamparado? (Mateos 27:46) y en este momento uno de los presentes corrió y tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña le dio a beber. Y esto pasó para que se cumplieran las palabras de David: “En mi sed me dieron a beber vinagre” (Salmo 69:21). |
Después que Jesús expiró, llegaron los soldados a quebrar las piernas a los que estaban crucificados, y así lo hicieron con los dos malhechores que estaban con él pero cuando vieron que Jesús ya estaba muerto no se las quebraron, para que se cumpliera lo que está escrito “no será quebrado hueso suyo” (Juan 19:36; Salmo 34:20) y aquella tarde se cumplió también otra parte de la escritura: “Y miraran a mí a quien traspasaron” (Zacarías 12:10). |
¿Pero por qué murió Jesucristo? “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” dice Isaías (Isaías 53:5). Entonces su muerte en la cruz, decretada y querida por los Judíos y ejecutada por los gentiles, no fue mas que el cumplimiento de las palabras del profeta de Isaías. Y es por eso que decimos que fue Dios que hizo que los Judíos y los gentiles se juntaran contra su Ungido para matarle y eso para que con su muerte él nos librase del pecado. |
Veamos ahora de explicar este concepto muy importante. El pecado ha entrado en el mundo por medio de un solo hombre de nombre Adán y este pecado se trasmitió a todos los hombres, por lo cual todos han pecado. ¿ Pero que es lo que hace fuerte el pecado en el hombre? La ley, porque, como dice Pablo, ella es: “El poder del pecado” (1 Corintios 15:56). Una vez mas Pablo explica esto cuando dice: “Porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento me engañó y por él me mató” (Romanos 7:11) en otras palabras el pecado se apalanca sobre la ley para traer la muerte al hombre. La ley es buena y santa, sin embargo el pecado la utiliza para traer muerte en el hombre. Es como que un asesino se sirviera de un pedazo de madera hecha por Dios para matar a otro hombre. Quien mata no es la madera hecha por Dios, es buena en si misma, sin embargo el asesino la utiliza para su acto criminal. Así el pecado homicida utiliza la ley, dada por Dios a Israel y por eso buena, para matar espiritualmente a las personas. Así que era necesario anular el pecado, esto es despojar al pecado del poder que tenía sobre el hombre. Y es exactamente lo que hizo Jesús con su sacrificio, ha anulado el pecado; pudo hacer esto porque él se cargó de nuestros pecados muriendo en la cruz por todos nosotros. Es por eso que quien cree en Él es liberado del pecado; porque Jesús en la cruz a crucificado su (de quien cree) viejo hombre. Entonces el creyente en Cristo ha muerto con Cristo al pecado; y por consiguiente la ley ha dejado de dominarlo porque la ley enseñorea el hombre solo mientras él vive y lo deja cuando muere. Y el creyente por medio del cuerpo de Cristo ha muerto a la ley, aquella que lo tenía sujeto a esclavitud, para apartenecer a otro, esto es a aquél que ha resucitado de entre los muertos. |
Después de que Jesús en la cruz expirara, vino un tal José de Arimatea que era hombre rico discípulo de Jesús el cual pidió el cuerpo a Pilato, y tomado el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo que había labrado en la peña allí cerca en el cual nadie había sido puesto. Fue así que se cumplió otra parte de la escritura que dice: “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte” (Isaías 53:9). |
Pero el tercer día Dios lo resucitó de los muertos porque era imposible que Cristo fuera retenido por la muerte; y su resurrección había sido preanunciada por Dios en su palabra de hechos David dijo: “Porque tu no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción” (Hechos 2:27). Es claro que aquí David no habló de él porque su cuerpo quedó en el sepulcro y vio la corrupción, mas habló de la resurrección del Cristo, de uno de sus descendientes, porque él sabía que Dios le había prometido con juramento que lo habría hecho sentar en su trono eternamente según está escrito: “En verdad juró El Eterno a David, y no se retractará de ello: de tu descendencia pondré sobre tu trono” (Salmo 132:11). |
Después de que Jesús resucitó
se hizo ver por aquellos que había escogidos, comió y bebió con ellos, y
discutió con ellos de las cosas referente al reino de Dios y les dio unos
mandamientos; después de esto fue recibido en el cielo a la derecha de la
Majestad y esto para que se cumplieran las palabras de David: “El Eterno a
dicho a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies” (Salmo 110:1). Y desde el cielo él regresará con gloria y poder. |
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Conviértete y crees en Él |
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Una de las cosas que Jesús ordenó antes de subir al cielo fue la de
predicar en su nombre a los hombres el arrepentimiento y el perdón de pecados
(Lucas 24:46-47). Esto es lo que hicieron los apóstoles después que él fue
asumido al cielo, y es lo mismo que hacemos nosotros hoy en día a distancia
de casi dos mil años en obediencia a la orden de Cristo Jesús. |
Te exhortamos entonces en el nombre de Cristo a que te arrepientes de tus
pecados y a creer en Cristo Jesús, porque SOLO POR MEDIO DE LA FE EN ÉL PUEDES
OBTENER EL PERDON DE TUS PECADOS según está escrito “de éste dan testimonio
todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de
pecados por su nombre” (Hechos 10:43). De hecho Jesucristo tiene la autoridad
de perdonar a los hombres sus pecados, como la tenía cuando estubo aquí en la
tierra (Marcos 2:5-11), porque él es el Hijo de Dios, y esto lo hace él
PERSONALMENTE con aquellos que creen en él. No hay entonces necesidad de
ningun otro mediador entre Dios y los hombres, mas que Jesucristo, para
recibir perdon de los pecados personales de cada quien. Te lo repetimos:
nadie (1 Timoteo 2:5-6). |
Vuelves en ti entonces, cree en el nombre del Hijo de Dios y obtendrás la
remisión de tus pecados. Y no solo esto, obtendras también la vida eterna
según está escrito: “él que cree en mí, tiene vida eterna” (Juan 6:47),
por lo cual ESTARAS SEGURO QUE CUANDO MORIRÁS IRÁS EN PARAISO, un lugar
maravilloso en donde no hay ni dolor ni llanto en donde reina la paz (2
Corintios 12:2-4; Job 25:2) y por eso empezarás a sentir el deseo de partir
del cuerpo para estar con el Señor en paraiso (Filipenses 1:23; 2 Corintios
5:8). |
Decidetes ya, no dejes esta decision para otro día (2 Corintios 6:2), podría
ser demasiado tarde para hacerlo porque DE REPENTE PODRIAS MORIR sin tener
nisiquiera el tiempo de arepentirte y creer en Jesús y TE IRÍAS DIRECTAMENTE
AL INFIERNO - UN LUGAR ORRIBLE QUE
EXISTE EN EL CORAZON DE LA TIERRA EN DONDE ÁRDE EL FUEGO Y LAS ALMAS DE LOS
PECADORES SUFREN TORMENTOS ATROCES Y TERRIBLES CAUSADOS POR EL FUEGO (Lucas
16:24) - sin tener otra oportunidad de arrepentirte y creer en Jesús por toda
la eternidad. De hecho esta es la suerte que le espera a todos aquellos que
no se arrepintieron y no creyeron en JesuCristo (Salmo 9:17) |
Dos caminos hay delante de ti: el del pecado que lleva al infierno y por el cual te encuentres, y el santo que lleva al paraiso por el cual nos encontramos nosotros por la gracia de Dios que te hemos expuesto: abandona el camino del pecado y encaminate por el santo, y de esta decision nunca te arepentiras porque está escrito que de la tristeza del arrepentimiento que lleva a la salvacion nunca te pesará (2 Corintios 7:10). |